Todas las historias comienzan con una página en blanco...
Eso es lo que he pensado al escribir esta primera entrada en el blog, como la historia de esta pareja que dentro de poco van a comenzar un camino común. Para mi es muy especial por muchos aspectos.
Este reportaje de preboda es el primero que hago de forma profesional, es muy especial porque sus protagonistas son mi familia y eso tiene aún más peso y más responsabilidad, pero sobre todo es un inmenso placer para mí poder aportar un poco a lo que será el día más feliz de sus vidas.
Cuando hablamos de lo que querían a mi se me vinieron a la mente varias fotos, pero fui un día antes a la localización y no me gustó la luz y lo que vi a la hora que se suponía que íbamos a estar, así que después de dar varias vueltas por las posibles localizaciones elaboré una lista con el nuevo plan.
Llegó el día esperado y fuimos al primer escenario y…, vaya!, no contaba con que ese día había un triatlon en Madrid, así que a improvisar se ha dicho y aunque no es lo que yo había pensado, me ayudó a sacar lo que cualquier profesional debe tener dentro, y es la capacidad de adaptación a las circunstancias y al entorno y eso hice.
Poco a poco iban saliendo imágenes que me gustaban y unas me llevaban a otras, aparte de la facilidad de comunicación que tengo con la pareja y la colaboración que ponían en todo momento, hicieron que la sesión fuera fluyendo sola.
La luz tan dura no fue un impedimento para sacar buenas tomas, eso sí a las 13:00h ya no había mucho más que hacer y decidimos dar por terminada esta primera parte. Ahora queda la segunda parte que será en breve en un entorno completamente distinto al urbano.
Excelente reportaje de un buen profesional.
Soberbio maridaje de artista y modelos.